Tabla de Contenidos
Resumen de “Los Olvidados” de Luis Buñuel
“Los Olvidados”, una película dirigida por Luis Buñuel en 1950, comienza con una narración que introduce el contexto: la pobreza en los barrios marginales de Ciudad de México. La historia se centra en un grupo de jóvenes, principalmente en Pedro, un chico que lucha por mantener su moral en un entorno hostil, y Jaibo, un joven delincuente recién escapado de un reformatorio.
La película abre con Jaibo reuniéndose con otros chicos en un lote baldío, donde desafía la autoridad y muestra su desprecio por las normas sociales. Pedro, intentando no caer en la delincuencia, busca trabajo y se esfuerza por mejorar su situación, aunque se ve constantemente arrastrado hacia el camino de Jaibo. Este inicio establece un contraste entre los dos personajes principales y sus diferentes respuestas a la pobreza y marginalización.
A medida que avanza la trama, vemos cómo Jaibo se convierte en una influencia negativa para Pedro. La tensión se intensifica cuando Jaibo mata a Julián, otro joven del barrio, tras acusarlo de ser el responsable de su captura y envío al reformatorio. Pedro, presente en el momento del asesinato, se ve atrapado en un dilema moral y un miedo constante de ser descubierto.
La película también muestra la difícil relación de Pedro con su madre, quien, sobrepasada por la pobreza y sus propias luchas, apenas puede ofrecerle apoyo. La desesperación de Pedro lo lleva a cometer un robo en una granja, bajo la influencia de Jaibo. Este acto marca un punto de no retorno para Pedro, quien se sumerge aún más en el mundo del crimen y la desesperación.
Durante el desarrollo, Buñuel utiliza sueños y simbolismos para profundizar en las psiques de sus personajes, destacando sus miedos, deseos y la brutalidad de su realidad. La crudeza de las escenas, combinada con la representación realista de la pobreza y la delincuencia juvenil, ofrece una visión desgarradora de la lucha por la supervivencia en los márgenes de la sociedad.
El desenlace de “Los Olvidados” es tanto impactante como desolador. Jaibo, cada vez más paranoico y violento, asesina a Pedro para silenciarlo, temiendo que revele su crimen. La muerte de Pedro, un personaje que luchó inútilmente por una vida mejor, simboliza la pérdida de inocencia y la inevitabilidad del destino trágico de estos jóvenes.
La película termina con la captura de Jaibo por la policía y su muerte accidental durante la persecución. Este final no ofrece consuelo ni redención; en cambio, subraya la continuidad del ciclo de violencia y desesperanza en estos barrios marginales. Buñuel cierra su obra con una imagen potente que deja al espectador reflexionando sobre las complejidades de la pobreza, la juventud y la moralidad en una sociedad que ha olvidado a sus más vulnerables.
“Los Olvidados” es una película que no solo retrata la vida en los barrios pobres de Ciudad de México, sino que también cuestiona las estructuras sociales y morales que permiten que estas condiciones persistan. A través de su narrativa cruda y realista, Buñuel ofrece un espejo a la sociedad, mostrando las consecuencias de la indiferencia y la exclusión.
Personajes de “Los Olvidados”
- Pedro: Pedro es el corazón de “Los Olvidados”, representando la lucha entre la moralidad y la supervivencia. Atrapado en la pobreza, muestra un deseo genuino de mejorar su vida, pero las circunstancias y la influencia de personajes como Jaibo lo empujan hacia un camino oscuro. Pedro simboliza la inocencia perdida y el conflicto interno que enfrentan muchos jóvenes en situaciones similares. Su relación con su madre refleja una dinámica familiar compleja marcada por el desamparo y la incomprensión.
- Jaibo: Jaibo es la antítesis de Pedro. Desde su introducción, emerge como un personaje carismático pero peligroso, un líder natural en el mundo del crimen. Su falta de remordimientos y su tendencia a la violencia ilustran el efecto deshumanizador de la pobreza extrema y la marginalización. Jaibo representa el lado oscuro de la supervivencia, donde los lazos morales y sociales se rompen en favor de la autoperpetuación.
- La madre de Pedro: La madre de Pedro es un personaje crucial que representa la lucha de los adultos en los barrios marginales. Aunque ama a su hijo, su incapacidad para proporcionarle un entorno estable y su propia desesperación la llevan a menudo a la indiferencia y la frustración. Su personaje refleja las dificultades que enfrentan los padres en estas comunidades para proteger y guiar a sus hijos.
- Julián: Julián, la víctima de Jaibo, es un personaje cuya muerte es un punto de inflexión en la película. Representa el destino de muchos jóvenes en la comunidad que se ven atrapados en ciclos de violencia, a menudo con resultados trágicos.
- Meche y su abuelo: Meche y su abuelo ofrecen un contraste a la brutalidad que impregna la película. A través de ellos, Buñuel muestra que aún en la pobreza extrema, existen momentos de bondad y humanidad. Meche, en particular, simboliza la inocencia y la pureza, mientras que su abuelo representa la sabiduría y la bondad que aún perduran en un mundo implacable.
- “El Ojitos”: Un miembro más joven del grupo de Pedro y Jaibo, “El Ojitos” ilustra la influencia de los mayores sobre los más jóvenes en estas comunidades. A menudo manipulado y llevado por mal camino, su personaje subraya cómo el entorno y las compañías pueden moldear el futuro de un niño.
Contexto histórico y social de “Los Olvidados”
“Los Olvidados”, estrenada en 1950, está ambientada en el contexto histórico y social del México de la posguerra, un periodo marcado por profundas transformaciones y desigualdades. Esta época estuvo caracterizada por el crecimiento urbano acelerado, la migración del campo a la ciudad, y el surgimiento de barrios marginales en las periferias urbanas.
Transformaciones urbanas y migración: Tras la Revolución Mexicana (1910-1920), México experimentó una serie de cambios políticos y sociales. En las décadas de 1940 y 1950, el país vio un auge económico que, sin embargo, no se tradujo en un bienestar equitativo para todos los sectores de la sociedad. La urbanización rápida y desordenada de ciudades como Ciudad de México llevó a la aparición de barrios pobres y zonas marginales donde la infraestructura y los servicios básicos eran insuficientes o inexistentes.
Migración y pobreza: La película refleja la realidad de miles de personas que migraron del campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades, solo para encontrarse con la pobreza y el hacinamiento. Estos migrantes, a menudo desplazados de sus tierras y comunidades, enfrentaban un entorno urbano hostil y desconocido, con pocas oportunidades de empleo y una fuerte discriminación.
Marginalización y delincuencia Juvenil: “Los Olvidados” aborda de manera cruda y directa el tema de la delincuencia juvenil, un problema social que se agudizó en este periodo. Los jóvenes de los barrios marginales, sin acceso a educación adecuada y enfrentando la desintegración familiar, a menudo se veían atrapados en ciclos de pobreza y violencia. La película muestra cómo la falta de oportunidades y la marginalización social pueden llevar a los jóvenes a la delincuencia como medio de supervivencia.
La visión de Buñuel: Luis Buñuel, con su característico enfoque crítico y su habilidad para retratar la realidad social de forma descarnada, ofrece en “Los Olvidados” una visión implacable de la sociedad mexicana de la época. La película no solo cuenta una historia de jóvenes en un barrio marginal, sino que también es una crítica a las estructuras sociales y políticas que permiten y perpetúan estas condiciones de vida.
Temas principales de “Los Olvidados”
1. La pobreza y marginalización social: La pobreza es un tema central en “Los Olvidados”. La película retrata las duras condiciones de vida en los barrios marginales de Ciudad de México durante los años 50. Este contexto de pobreza extrema es el telón de fondo contra el cual se desarrollan las vidas de los personajes, marcadas por la falta de oportunidades y el abandono por parte de la sociedad y el estado. El ambiente de frustración y enojo que se transmite en la película refleja la lucha diaria por necesidades básicas como la comida, y cómo esta lucha afecta las relaciones familiares y sociales.
2. La violencia y delincuencia juvenil: “Los Olvidados” aborda con crudeza el tema de la delincuencia juvenil. Personajes como Jaibo representan la influencia destructiva del entorno en la juventud. La película muestra cómo la falta de guía y oportunidades empuja a los jóvenes hacia un estilo de vida criminal. La violencia se presenta como una respuesta a la desesperación y el desamparo, y la película explora cómo los jóvenes, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad, pueden verse atrapados en ciclos de violencia y criminalidad.
3. La pérdida de inocencia y la desintegración familiar: A través de personajes como Pedro y su madre, Buñuel explora la pérdida de inocencia y la desintegración de las estructuras familiares en un contexto de pobreza y marginalización. La relación entre Pedro y su madre, marcada por la indiferencia y el resentimiento, simboliza las tensiones familiares exacerbadas por la pobreza. La película también muestra cómo la falta de un modelo paternal afecta el desarrollo de los jóvenes, llevándolos a buscar pertenencia en grupos delictivos y pandillas.
Estos temas son tratados con una crudeza y realismo característicos de Buñuel, quien no se aparta de la realidad dura de sus personajes. La película sigue siendo relevante en la actualidad, reflejando problemas sociales que persisten no solo en México sino en muchas partes del mundo. La representación de la violencia, la pobreza, y la desesperanza en “Los Olvidados” es un recordatorio potente de las consecuencias de la marginación social y la falta de oportunidades para los jóvenes.
Dirección y estilo visual
Dirección y enfoque narrativo: Buñuel se enfoca en la realidad social de la época, mostrando la pobreza, las injusticias sociales y la delincuencia de una manera que no se había visto en el cine mexicano hasta ese momento. Su dirección es intencionalmente realista, lo que permite a los espectadores sumergirse completamente en el mundo de los personajes. La película, a través de su enfoque narrativo, no solo busca contar una historia, sino también hacer una crítica social profunda.
Elementos surrealistas y simbolismo: A pesar de su realismo, Buñuel incorpora elementos surrealistas que intensifican el impacto emocional de la película. Por ejemplo, en una escena famosa, Pedro sueña que su madre le da de comer vísceras que luego son arrebatadas de un cadáver debajo de su cama. Esta mezcla de sueño y realidad sirve para resaltar la brutalidad de la vida de Pedro y su incapacidad para escapar de su entorno.
Cinematografía y uso de símbolos: Gabriel Figueroa, el cinefotógrafo de la película, juega un papel crucial en la creación del tono y la atmósfera. Las tomas de Figueroa son fundamentales para transmitir el excesivo y despiadado toque humano que caracteriza la obra. Además, Buñuel utiliza símbolos recurrentes como la leche, que aparece en varias formas a lo largo de la película, para atacar la cotidianidad y convertirla en algo casi enemigo.
Crítica social y realismo: Buñuel no muestra optimismo ni ofrece soluciones a las situaciones que presenta. Su enfoque es retratar de manera fiel la realidad de pobreza extrema, sin intentar victimizar a los personajes. Esta decisión refleja la intención de Buñuel de ser lo más realista posible, subrayando que los personajes son olvidados por la sociedad.
Las actuaciones
El análisis de las actuaciones en “Los Olvidados” de Luis Buñuel revela un enfoque en el realismo y el naturalismo, destacando especialmente por las interpretaciones de sus actores principales.
Roberto Cobo, en el papel de Jaibo, presenta una actuación que genera una respuesta emocional compleja en el espectador. Su personaje evoca tanto repudio como piedad, un efecto logrado a través de una interpretación convincente y matizada. Desde su primera aparición, Cobo captura la atención, mostrando a un Jaibo hambriento y desesperado, y luego, su lado más oscuro en la secuencia del apaleamiento de Don Carmelo. La dualidad de su personaje, entre la vulnerabilidad y la crueldad, es un testimonio de su habilidad actoral.
Alfonso Mejía, interpretando a Pedro, ofrece una actuación igualmente impresionante. Su personaje es retratado como un joven que, a pesar de su deseo de llevar una vida normal, se ve arrastrado hacia la delincuencia debido a su entorno y la falta de apoyo familiar. La actuación de Mejía capta de manera efectiva la desesperación y la lucha interna de Pedro, ofreciendo una representación creíble de un joven atrapado en circunstancias difíciles.
Estela Inda, en el papel de la madre de Pedro, también merece mención. Su interpretación refleja la complejidad de una madre en un entorno de pobreza extrema, incapaz de brindar el apoyo necesario a su hijo. La relación entre ella y Pedro, marcada por el rechazo y el conflicto, agrega profundidad a la narrativa y destaca el realismo de la película.
En general, las actuaciones en “Los Olvidados” son notables por su realismo y su capacidad para evocar emociones profundas en el espectador. Los actores, muchos de ellos no profesionales o con poca experiencia en el momento del rodaje, logran transmitir la crudeza y la complejidad de la vida en los barrios marginales de la Ciudad de México. Estas interpretaciones contribuyen significativamente a la fuerza y el impacto de la película, solidificando su estatus como una obra maestra del cine.
Comentario general sobre “Los Olvidados” de Luis Buñuel
La película “Los Olvidados” de Luis Buñuel, estrenada en 1950, es una crónica visceral y perturbadora de la vida en los barrios bajos de la Ciudad de México. Buñuel, conocido por su enfoque surrealista y crítico, se desvía aquí hacia un realismo crudo, aunque no exento de su característico toque de extrañeza y simbolismo.
El film comienza con una declaración de intenciones: mostrar la realidad sin adornos. Esta premisa se materializa en la representación de la pobreza, la desesperanza y la crueldad, elementos que se entrelazan en la vida de los personajes jóvenes, especialmente en el protagonista, Pedro. La actuación de Alfonso Mejía como Pedro es notable por su autenticidad y profundidad, mostrando un espectro emocional que va desde la inocencia hasta la resignación.
Uno de los aspectos más destacados de “Los Olvidados” es su estructura narrativa. Buñuel rompe con la linealidad tradicional, utilizando flashbacks y sueños para profundizar en las psiques de los personajes. Un ejemplo de ello es el famoso sueño de Pedro, una secuencia onírica donde la mezcla de deseo, culpa y miedo se manifiesta en imágenes surrealistas, como el pollo agonizante o la madre ausente. Esta secuencia no solo sirve como un descanso estilístico, sino que revela las complejidades internas de los personajes que, de otro modo, podrían pasar desapercibidas en su áspero entorno.
La cinematografía, a cargo de Gabriel Figueroa, juega un papel crucial en la narrativa. El uso de sombras y luces no solo refuerza la atmósfera de desolación, sino que también funciona como un comentario visual sobre la dualidad moral de los personajes. Las tomas amplias contrastan con los primeros planos, generando una sensación de claustrofobia que refleja la opresión de la pobreza y la falta de escape.
El sonido, aunque sutil, es igualmente significativo. La ausencia de música en muchas escenas refuerza el realismo, mientras que su inclusión en momentos clave, como en la secuencia del sueño, añade una capa de irrealidad que subraya el surrealismo inherente a la obra de Buñuel.
En términos de temática, “Los Olvidados” es una obra compleja y multifacética. Aborda temas como la pobreza, la violencia juvenil y la desintegración social, pero también se sumerge en cuestiones más profundas de moralidad, destino y libre albedrío. Los personajes no son meramente víctimas de su entorno; también son agentes de su propia destrucción y redención, como se ve en la trayectoria de Pedro y el Jaibo.
Finalmente, lo que hace a “Los Olvidados” una obra singular es su capacidad de combinar un realismo social implacable con un lirismo poético y una mirada crítica hacia la sociedad. Buñuel no ofrece soluciones fáciles ni finales felices. En su lugar, presenta un espejo inquietante de la realidad, uno que desafía al espectador a enfrentar las contradicciones y complejidades de la condición humana. La película permanece relevante no solo como un documento histórico de su tiempo, sino como una obra de arte atemporal que sigue provocando reflexión y debate.