Hans Christian Andersen: La niña de los fósforos. Resumen y análisis

Resumen del cuento «La niña de los fósforos» de Hans Christian Andersen

El cuento «La niña de los fósforos», escrito por Hans Christian Andersen, relata la historia de una joven empobrecida en la última noche del año. En medio de un frío y oscuro ambiente, la niña, descalza, camina por las calles intentando vender fósforos sin éxito. Había perdido sus zapatillas y sufría por el intenso frío. Desesperada por el miedo de regresar a su hogar sin haber vendido nada y enfrentar el castigo de su padre, así como por el frío en su hogar, decide quedarse en la calle.

La historia avanza con la niña buscando refugio en un rincón entre dos casas. Para combatir el frío, enciende un fósforo y, al hacerlo, empieza a entrever visiones reconfortantes. En la primera llama, imagina una estufa que le proporciona calor. Cuando se apaga, la ilusión desaparece. Enciende un segundo fósforo y ve una habitación con una mesa preparada para una cena abundante, incluyendo un pato asado que parece cobrar vida y acercarse a ella, pero esta visión también desaparece con el fósforo.

Con un tercer fósforo, la niña se imagina bajo un espléndido árbol de Navidad, más grandioso que cualquier otro que haya visto. Al apagarse el fósforo, la ilusión se desvanece, y ella levanta la mirada al cielo, recordando a su abuela, la única persona que la había querido y que ya había fallecido. La niña, anhelando no perder la presencia de su abuela, enciende todos los fósforos restantes. En esta luz brillante, su abuela aparece, radiante y amorosa, y juntas se elevan al cielo, liberándose del sufrimiento y el frío.

El cuento concluye con la trágica imagen de la niña muerta en la calle la mañana del Año Nuevo, con una sonrisa en su rostro y rodeada de fósforos quemados. Aunque la gente que la encuentra comenta que intentaba calentarse, nadie conoce las visiones maravillosas que ella experimentó ni su ascenso final junto a su abuela.

¿Cuáles son los principales personajes del cuento?

1. La niña de los fósforos: Es el personaje central de la historia, representando la inocencia y la vulnerabilidad. A pesar de su juventud, carga con responsabilidades adultas, como vender fósforos en un ambiente hostil y frío. Su desesperación se evidencia en su temor al castigo de su padre y en su incapacidad para vender los fósforos. La niña es un símbolo de la pobreza y el desamparo, enfrentando el abandono y la indiferencia social. Sus alucinaciones ante la luz de los fósforos revelan sus deseos más profundos: calor, comida, y amor familiar, elementos básicos que le son negados en su vida real.
2. La abuela de la niña: Aunque fallecida, la abuela representa el único vínculo amoroso en la vida de la niña. Su aparición en las visiones de la niña simboliza el consuelo, el amor y la protección que ella anhela. La abuela es una figura materna y protectora, ofreciendo un contraste con la realidad desolada de la niña. Su presencia al final del cuento, llevándose a la niña consigo, sugiere una liberación del sufrimiento físico y emocional, y posiblemente una transición a un lugar de paz y cuidado, como una metáfora del más allá.
3. El padre de la niña: Aunque no aparece directamente en la narración, la figura del padre es crucial. Se le menciona como una figura de autoridad y temor. Su mención ilustra la presión y el miedo que siente la niña, mostrando una faceta más de su vida desdichada. El padre representa la negligencia y la falta de compasión, contribuyendo a la desesperación de la niña.
4. Los transeúntes: Estos personajes secundarios simbolizan la sociedad en general, que se muestra indiferente al sufrimiento de la niña. Su falta de interés en la niña y sus fósforos subraya la soledad y el abandono que ella experimenta.

Análisis del cuento

¿En qué escenario se desarrolla la historia?

La historia se desarrolla en una ciudad en la noche de Año Nuevo. El ambiente es frío, oscuro y hostil, con calles desiertas que resaltan la soledad y el desamparo de la niña. Este escenario es crucial para el relato, ya que contrasta el ambiente festivo y familiar típico del Año Nuevo con la desolada realidad de la niña, enfatizando la indiferencia social y la dura realidad de la pobreza.

¿Quién narra la historia?

La historia es narrada en tercera persona por un narrador omnisciente. Este narrador no participa en la acción, pero conoce los pensamientos y sentimientos de la niña, lo que permite al lector comprender su desesperación y soledad. Esta perspectiva es esencial para crear empatía hacia la niña y para presentar un retrato más completo de su situación.

¿Qué técnicas literarias emplea el autor?

Andersen utiliza varias técnicas literarias en este cuento:

1. Simbolismo: Los fósforos representan la esperanza y el escape momentáneo de la realidad, mientras que la luz que emiten simboliza momentos breves de calidez y consuelo.
2. Realismo con elementos fantásticos: La mezcla de la cruda realidad con elementos fantásticos, como las visiones de la niña, crea un contraste impactante que subraya la dureza de su vida.
3. Contraste y paralelismo: La narración contrasta la crudeza del invierno y la indiferencia de la gente con la calidez y el amor que la niña encuentra en sus visiones.
4. Uso de repetición: La repetición de la acción de encender fósforos enfatiza la desesperación creciente y la búsqueda de consuelo de la niña.

¿Cómo influencia a la historia el contexto histórico y cultural en que fue escrita?

Escrito en el siglo XIX, el cuento refleja las duras realidades sociales de esa época, especialmente la pobreza y la marginación. En un momento donde la industrialización avanzaba, pero muchas personas seguían en extrema pobreza, Andersen expone la indiferencia social y la falta de redes de apoyo para los más vulnerables, temas que aún siguen vigentes en la actualidad.

Conclusión general

“La niña de los fósforos” es una obra que, a través de su aparente simplicidad, logra transmitir un mensaje profundo y conmovedor. Hans Christian Andersen, conocido por sus cuentos de infantiles, aquí se adentra en una narrativa que combina la dura realidad con elementos fantásticos, creando un contraste que enriquece la historia y refuerza su impacto emocional. El cuento no solo es una crítica a la indiferencia social y a las desigualdades del siglo XIX, sino que también se mezcla con temas universales y atemporales, como la búsqueda de calidez, amor y compasión en un mundo que a menudo parece frío e indiferente.

La historia es breve, pero su capacidad para evocar emociones es inmensa. Andersen utiliza el simbolismo, el realismo, lo fantástico y un narrador omnisciente para sumergir al lector en la experiencia de la niña, permitiendo una conexión profunda con sus deseos y sufrimientos. A través de sus alucinaciones, la niña encuentra un escape momentáneo de su desolada realidad, lo que a su vez proporciona un impacto emotivo que perdura mucho después de terminada la lectura.

Este cuento es recomendable para lectores de todas las edades, aunque su contenido podría ser particularmente atractivo para un público juvenil y adulto que pueda apreciar plenamente las capas de significado y el contexto social del relato. Es ideal para quienes buscan en la literatura no solo entretenimiento, sino también una reflexión sobre aspectos sociales y humanos. “La niña de los fósforos” es una lectura imprescindible para los amantes de los clásicos y para aquellos que disfrutan de historias que combinan la realidad con lo fantástico, ofreciendo una experiencia literaria que es tanto conmovedora como reflexiva.

En resumen, “La niña de los fósforos” de Hans Christian Andersen es un cuento que destaca por su habilidad para tocar el corazón y la conciencia del lector, invitando a una reflexión profunda sobre temas como la pobreza, la soledad y la necesidad humana de afecto y comprensión. Su lectura es una experiencia enriquecedora que deja una huella perdurable.

¿Para qué edades es recomendable el cuento “La niña de los fósforos”?

“La niña de los fósforos” de Hans Christian Andersen es apropiado para una amplia gama de edades, pero se recomienda especialmente para lectores de 12 años en adelante. Las razones para ello son varias:

1. Comprensión temática: A partir de los 12 años, los jóvenes lectores suelen tener una mayor capacidad para entender y procesar temas complejos y emocionalmente intensos, como la pobreza, la muerte y la soledad, que son centrales en este cuento.
2. Madurez emocional: El cuento presenta una historia conmovedora y trágica que puede ser emocionalmente desafiante. Los lectores preadolescentes y adolescentes suelen tener un nivel de madurez emocional que les permite abordar y reflexionar sobre estos aspectos de manera más profunda.
3. Habilidades críticas: El cuento contiene elementos simbólicos y críticas sociales que pueden ser mejor apreciados y analizados por lectores que ya han desarrollado habilidades de pensamiento crítico.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la idoneidad también depende del individuo. Algunos lectores más jóvenes podrían estar bien equipados para entender y apreciar la historia, especialmente si se realiza una lectura guiada o acompañada de una discusión. Para lectores más jóvenes, es recomendable una supervisión adulta para ayudarles a comprender y procesar los temas tratados en el cuento.